JÉSSICA PRIETO, HISTORIA DE UNA JOVEN CON PROBLEMAS FÍSICOS QUE HOY CURSA PRIMARIA EN PILARES

Publicado el 11 Febrero 2020
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• Tiene 25 años con dificultades de coordinación motora y para retener información, y también está inscrita en zumba en PILARES Tolnáhuac

Jéssica Marlen Prieto Cruz apenas ha llegado a la frontera de los 25 años. Su juventud ha llegado al PILARES Tolnáhuac, donde su vida se trastocó desde hace casi medio año. Jessy, como le llaman sus cercanos, tiene problemas de coordinación motora, de atención y con dificultades para retener información.

Sin embargo, su voluntad de siempre le ha llevado a remontar escollos de la vida diaria. Así, en el centro comunitario decidió inscribirse en la ciberescuela y en clase de zumba y, a partir de ese momento, vinculó su vida con la de sus compañeros y maestras, quienes nos relatan avances y vicisitudes de su día a día.

Karla Fuentes es su maestra de zumba y es con ella con quien ha encontrado un eco sólido de comunicación hasta convertirse en una naciente amistad.

“Yo me incorporo aquí a PILARES Tolnáhuac en junio –dijo Karla- y es cuando empiezo a conocer a Jessy. La empiezo a tratar, a conocer realmente a todas mis alumnas y en especial a ella. Me di cuenta que es una persona especial y empecé a interactuar mucho, entonces ella avanza muchísimo con todas, era una persona muy callada, se hacía a un lado, no salía de su zona de confort y ahora me exige que le ponga sus coreografías cada semana”.

A pesar de sus problemas, Jessy tiene una especial predilección por el baile, algo que le ha permitido disminuir estrés y socializar. Karla considera que este tipo de actividades ayudan mucho a personas como Jessy porque se sienten apreciadas y las motiva saber que pueden hacer muchas cosas.

Los familiares están muy contentos de que asista a PILARES, principalmente su padre, quien ha estado más presente en los logros de su hija y en contacto con sus profesoras. Tanto él como sus maestras, han observado una gran evolución.

El papel de PILARES en la incorporación de personas con discapacidad, con adicciones o en condición de calle ha sido muy importante. Karla asegura que un punto esencial es generar un ambiente de igualdad entre compañeros y maestros. Ella nos cuenta lo que piensa acerca de las personas con capacidades diferentes.

“Las personas de afuera las ven y a veces les tienen miedo, son ignorantes, no las conocen, no saben de lo que son capaces, no saben cómo tratarlas y se desesperan. Entonces, cuando llegué aquí en un principio, cuando la empecé a conocer, así me pasaba, me consideré hasta ese momento una persona ignorante, de mente cuadrada porque no sabía cómo tratarla. Me acerqué a su papá y me dijo lo que padecía, entonces empecé a investigar en Internet el tipo de condición y fue cuando me empecé a involucrar más con ella”.

Karla es una convencida de la ruta que Jessy tiene frente a sí para alcanzar una vida profesional, aunque creen sus capacidades. Además, asegura que siempre va estar para ella. Explica que sin los PILARES, la vida de Jessy sería muy distinta, pues ahí encontró un lugar donde desarrollarse.

Aunque Karla es de las personas que hoy conforman el entorno de Jessy, Olga López, su maestra en la ciberescuela también asegura que a lo largo de su estancia en los talleres, ha tenido un gran progreso. Considera que mucho del avance que ha tenido en escritura y lectura se explica a partir de actitud y energía de vida.

“Pienso que hay un avance grande con su clase de zumba porque hay una cosa que empieza a explorar Jessy. Desde el movimiento hasta la coquetería, muchas cosas que hasta ese momento no había reparado en ellas, y ahí inicia ese cambio y se nota en la ciberescuela. Es un avance grande”.

En la escuela prefiere las actividades didácticas como rompecabezas, aunque tiene inclinación por el dibujo. Es una alumna cumplida con sus tareas y actividades, pero también ha tejido amistades con varios de sus compañeros. Olga nos explica:

“Ella sabe que no es venir y estar ahí, es estar trabajando porque me están exigiendo y me están requiriendo un esfuerzo. Tenemos también la otra situación pues sus compañeros saben que no hay diferencia y que las mismas reglas son para todos. A diferencia de zumba donde mayoritariamente hay mujeres mayores, en la ciberescuela tenemos niños y adolescentes. Estamos frente a una población que se siente más a gusto con Jessy y viceversa”.

Hoy cursa la primaria y toma lecciones de lectoescritura, operaciones básicas y comprensión lectora. Olga tiene un seguimiento constante de sus aprendizajes y repasa con ella para que no olvide lo que aprende en clases. Su profesora reflexiona que la constancia es clave para que continúe progresando y también explica cómo ha sido integrarla al grupo para que logre avanzar.

"No hay algo diferente, es lo mismo para todos, sobre todo porque también negociamos las actividades. Tú decides con que empiezas a trabajar, tú decides cómo lo vas a hacer y es en esta apertura: 'me siento a gusto, me siento con mis compañeros, soy parte de'. Entonces se registra esta convivencia grata".

Quienes se acercan, han conocido la dilatada voluntad de Jéssica y la convicción para continuar en primaria que acompasa de las “buenas vibras”, como dicen sus compañeros y con un espíritu alegre que comparte en la pista o frente al ordenador.

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