“NUEVO PARADIGMA DEL SISTEMA DRENAJE-PLANTA-DESCARGA”

Publicado el 09 Noviembre 2021
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• Un grupo de especialistas participó en el seminario virtual “Las aguas residuales y la salud. Reúso seguro y fuente de información epidemiológica”, convocado por instituciones académicas y en el que participa la SECTEI

En el seminario virtual “Las aguas residuales y la salud. Reúso seguro y fuente de información epidemiológica”, un grupo de expertos plantearon la gran necesidad de disponer en la ciudad de mayores volúmenes de aguas tratadas y, especialmente, de adoptar un nuevo paradigma para el actual sistema de drenaje-planta-descarga. El encuentro, convocado por varias instituciones académicas también tuvo la participación de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), que apoya distintos proyectos de investigación al respecto en la metrópoli. La subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de la SECTEI, la doctora Ofelia Angulo Guerrero, estableció que el aseguramiento, suministro y tratamiento de agua es uno de esos retos para asegurar el líquido para las futuras generaciones; lo que hoy se haga en cuanto a previsión será de gran relevancia, señaló. “Es un deber cuidar el agua, saber lo mucho que cuesta y lo difícil y complejo que es tener este suministro en cada uno de los hogares de la Ciudad de México y el mundo”, advirtió. En la sesión el doctor Rafael Carmona Paredes, coordinador general de Sacmex, informó en su charla “Balance hídrico en la Ciudad de México, retos y oportunidades”, que el sistema de aguas capitalino produce el 63 por ciento de los 29 metros cúbicos por segundo que requiere la metrópoli, mientras que el 37 por ciento se recibe por medio de la Conagua. El consumo doméstico es el más importante al alcanzar el 87 por ciento; el no doméstico o industrial con el siete por ciento y para usos mixtos doméstico/comercial, el seis por ciento. La ciudad cuenta con 63 plantas potabilizadoras, distribuidas principalmente en el oriente, y tan solo en la alcaldía de Iztapalapa hay 30 de ellas. Se utilizan para los pozos que se tienen en esa parte de la capital. En cuanto a la infraestructura de drenaje, el doctor Carmona reconoció que la complejidad no es menor. La red primaria, que tiene los grandes colectores, alcanza los 2 mil 449 km, mientras que la red secundaria llega a 11 mil 644 km, entre otras. Con relación a las plantas de tratamiento de aguas, con un caudal de diseño total de 5 mil 500 litros por segundo, destaca la de Cerro de la Estrella, la más grande de la Ciudad de México, que maneja tres mil litros por segundo, de los cuales, se trabaja diariamente con dos mil litros, y se utiliza principalmente para los distritos de riego en Tláhuac y Xochimilco. El doctor Carmona Paredes resaltó que los principales usos del agua tratada están destinados, entre otros, al riego, construcción y operación de plantas de tratamiento de sistemas de humedales para disponer de agua; infiltración para evitar la sobreexplotación de acuíferos y uso humano directo; riego y servicios turísticos; y riego de camellones en avenidas, parques, jardines, panteones. “Necesitamos fomentar y tener mayor disponibilidad para su uso en los meses de secas”, recomendó. En particular, destacó la importancia del pulimiento del agua producida en las potabilizadoras, como la del Cerro de la Estrella, para que, a través de procesos naturales, biológicos y en humedales, se pueda cumplir con la normatividad de agua potable y destinarla a uso doméstico, pero no potable. Sobre el seminario, destacó la relevancia de tener de primera mano la información de los investigadores que permita avanzar en la identificación de nuevos procesos y tecnologías que posibiliten un trabajo más eficaz y menos costoso para satisfacer las necesidades de agua potable y tratada para el comercio, la industria y el riego. En su ponencia titulada “Tratamiento de aguas residuales y la economía circular”, el doctor Alberto Noyola Robles, del II-UNAM, reconoció el apoyo de la SECTEI en la realización de este seminario, el cual se halla enmarcado en el tema “Aseguramiento hídrico de la Ciudad”. “De acuerdo a las últimas cifras de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en 2018, se puede ver la existencia de dos mil 526 plantas de tratamiento municipales construidas, con las cuales, se trata el 63 por ciento del agua colectada en drenajes”. Es importante señalar, dijo, que más de la mitad de este tipo de agua es a través de lodos activados con un 53 por ciento; un 17 por ciento por el sistema dual; y sólo un 10 por ciento a través de lagunas de estabilización. Con respecto a las municipales, continuó, no se están obteniendo los resultados esperados, pues tan sólo el 34 por ciento de los municipios cuenta con este tratamiento. “Únicamente funciona el 54 por ciento de estas unidades menores a 25 litros por segundo. De este porcentaje, solo la mitad (27%) trabaja adecuadamente. El 73 por ciento restante, o no funciona, o lo hace de manera deficiente”. Derivado de lo anterior, Noyola Robles apuntó que se requieren unidades más sostenibles, pues la realidad del sector nos indica que los esfuerzos de décadas, están lejos de alcanzar la cobertura universal y la protección del ambiente. “La infraestructura de tratamiento opera, en gran medida, de forma ineficiente o está abandonada; la capacitación, suministro, recolección y tratamiento presenta una elevada demanda energética; la sociedad no participa, salvo cuando se ve afectada. Con base en ello, es claro que debemos adoptar un nuevo paradigma para el actual sistema drenaje-planta-descarga”. Se requiere, detalló, una tecnología de tratamiento sustentable con las siguientes características: que ahorre y optimice menores necesidades de insumos; que recicle y minimice residuos, generando subproductos; que integre un sistema perdurable con el tiempo, y resulte compatible con su entorno social y ambiental. “Para lograrlo, es indispensable un cambio de paradigma, es decir, la transición de una planta de tratamiento a una procesadora, donde el agua sea materia prima, y no un residuo”. “En el marco de la economía circular se debe priorizar la recuperación de residuos, limitando la huella de carbono (sumatoria de gases de efecto invernadero que emite una actividad humana). Así, se ofrecerá un nuevo enfoque en los procesos productivos y de consumo que adquieren relevancia en las políticas enfocadas a fortalecer la ruta hacia la sostenibilidad, desde lo local hasta lo global”. El doctor Juan Manuel Morgan Sagastume, también del II-UNAM, en su conferencia “Manejo de aguas residuales en cuencas con enfoque al reúso de agua”, definió a la cuenca como “un área territorial por la que discurren corrientes de agua que durante su trayecto forman un río principal; la interacción de agua y suelo en un espacio determinado define las características del relieve, la flora, la fauna y las cuencas (hidrológicas e hidrográficas)”. Los problemas de contaminación provienen de descargas municipales, agroquímicos, emisiones industriales, basura, manejo de residuos, que a su vez contaminan el agua y al interactuar con las actividades humanas generan un impacto reflejado en enfermedades gastrointestinales y hormonales. El ingeniero químico universitario puso énfasis en el rubro de agroquímicos y fertilizantes que, por las características de su uso, no pueden ser colectados, por lo que se infiltran directamente en el subsuelo, lo cual representa una grave amenaza para el planeta. El doctor Morgan compartió los detalles de un caso de estudio de diseño de un esquema de saneamiento integral de la Cuenca del Río Atoyac que llega a la presa Manuel Ávila Camacho (conocida como Valsequillo). Esta afluente tiene una gran importancia porque atraviesa varias ciudades y municipios en Tlaxcala y Puebla.
El estudio fue de corte conceptual con algunos elementos de ingeniería básica con la finalidad de proveer un costo preliminar de obras. La doctora Judith Domínguez Serrano, investigadora de El Colegio de México (COLMEX), propuso un análisis y una propuesta normativa y financiera sobre el “Plan de Gestión y Uso de las Aguas Residuales Tratadas en la Ciudad de México”, iniciativa impulsada por el Instituto de Ingeniería de la UNAM. El planteamiento parte de la economía circular. “En el contexto del cambio climático, la escasez de agua, la complejidad para acceder a ella, y el deterioro de su calidad, hicieron necesario considerar fuentes alternas; la utilización de las aguas tratadas, representa una oportunidad para hacer frente a esa realidad y promover la competitividad”. Lo anterior, precisó, nos lleva a un cambio de paradigma, y a mirar las residuales como parte de la solución, y no como un residuo. “Lo que buscamos es su reutilización, reciclaje, y recuperación de recursos”. En la ponencia “Ajustes a la estructura legal y financiera para potenciar el reúso del agua tratada en la Ciudad de México”, Domínguez Serrano subrayó que las plantas de tratamiento operan por debajo de su capacidad instalada. No existe un mantenimiento preventivo y correctivo constante. “Uno de los problemas es el manejo de los lodos que generan las plantas, pues se descargan en el drenaje, incumpliendo así, la normativa en materia de gestión de residuos”. Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, España, Domínguez refirió que se realizaron tres propuestas jurídicas importantes: trabajar con la ley actual sin modificación alguna; modificación a la ley del derecho al acceso, disposición y saneamiento del agua de la ciudad; y un marco normativo fuerte que impulse la economía circular, e incorpore la seguridad del saneamiento y la producción de agua, según el uso al que se destine. La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), mencionó algunos obstáculos, limitantes e incentivos para el uso de agua residual tratada. Entre los primeros, destacó la falta de infraestructura y la ausencia al cumplimiento de la legislación. Con respecto a los estímulos propuso la reducción en el precio del agua tratada, y la legislación que promueva y obligue a su uso.