MARÍA DE LOURDES BRAULIO CASTILLO EGRESA DEL IEMS XOCHIMILCO A LOS 53 AÑOS
•El Instituto te da la oportunidad de continuar con los estudios sin importar la edad, dijo
Terminar su preparatoria en 2018 para ella fue un sueño cumplido.
Previamente, hace años, abandonó sus estudios, pues se casó a los 15 años, convirtiéndose en madre a los dieciséis. “Lulú”, como la llamaban sus profesores y compañeros, considera que el IEMS es la única institución que le abrió las puertas y le permitió continuar con el nivel medio superior.
“El Instituto te da la oportunidad de seguir estudiando sin importar la edad que tengas. Nos apoyaron mucho. El ingresar aquí fue maravilloso”.
El plantel le quedaba muy cerca de casa, algo que le facilitó desplazarse y cursar la prepa de manera presencial en tres años. “Como ama de casa el hecho de que la escuela me quedara cerca fue otra de las razones para no claudicar. Necesitaba atender a mis hijas, y era indispensable no estar lejos”.
Braulio Castillo expuso que más allá de sentirse feliz por su ingreso al IEMS, le causó miedo ser parte de un entorno completamente nuevo.
“Llegar y que los compañeros te rechazaran me llenó de temor, pero gracias a Dios, los maestros y compañeros me cobijaron mucho. Fue una etapa muy bonita. Una como mamá, pues, muchas cosas se olvidan ¿no?, y dices: no puedo; pero al final te das cuenta de que sí puedes. Querer es poder”, resaltó.
Las ciencias exactas le resultaron complicadas, pero en su afán por acreditar las asignaturas consultó a sus profesores después de clase para despejar dudas.
Ser acreedora a una beca (Benito Juárez), le permitió solventar gastos derivados de la escuela. “La invertía exclusivamente en mis estudios, llámese copias, pasajes.
Contar con el apoyo de mis hijas me hizo continuar. Fue un reto de tres años, el cual cumplí a base de esfuerzo y trabajo”.
Desde el primer año, se sintió aceptada por sus compañeros. “Cuando hacíamos exposiciones, me contemplaban. El estar en equipo y meterte a ese grupo, el no sentirte aislada por la edad, me ayudó mucho”, explica.
María de Lourdes es madre soltera de dos hijas, 27 y 30 años. Desde hace más de tres lustros vende zapatos por catálogo. En entrevista para la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), relata un día como estudiante del IEMS.
“Llegar a casa, preparar de comer, vender mis zapatos, ir a entregarlos, cobrar, hacer tarea, estudiar para los exámenes. Eran días muy pesados, pero al final logré. Antes de decidirme a ingresar decía: si entro es para terminarla en tres años; y eso cuenta mucho, pues si te propones algo debes cumplirlo. Recuerdo que les decía a mis hijas: hoy no puedo hacer de comer, y ellas me respondían: mamá, no te preocupes”.
Abuela de una pequeña de tres años, y de otra en gestación (ambas de su hija, la mayor), Lulú compartió que actualmente vive con su segunda hija, quien únicamente terminó el bachillerato. Entre las dos rentan un departamento, ubicado a treinta minutos del plantel.
“El apoyo de mis dos hijas me hicieron seguir adelante, ellas fueron la inspiración que me permitió culminar esa meta”, enfatiza.
Con semblante de alegría, planea, a mediano plazo, cursar la licenciatura en Contaduría y Finanzas. “Ahorita dejé ese propósito por razones económicas y porque estoy disfrutando a mi nieta. Pero mi meta es seguir estudiando”, adelantó.
Durante su estancia en el IEMS, María de Lourdes se inscribió a talleres de baile y de música, donde descubrió su habilidad en el canto.
Egresó del Instituto con un promedio de 9.3, detrás del cual, dijo, hay desvelos, cansancio, esfuerzo y sacrificio, pero “todo ha valido la pena”, recalcó.
Define su paso por el IEMS como acertado y muy productivo. De las instalaciones, agradece que alguna vez hubiera comedor, pues degustaba una comida completa de tres tiempos por diez pesos.
Cuando los jóvenes no cuentan con un incentivo económico para continuar sus estudios, desertan, subrayó contundente. “El que este gobierno se preocupe no sólo por la educación de niños, jóvenes y no tan jóvenes, y que además nos apoye con becas, es fabuloso. Los jóvenes son el futuro, y muchos lo truncan por falta de recursos”, añadió.
Esta joven madre y abuela, quien además pertenece a un grupo de ciclistas nocturnas, le agradece al IEMS la oportunidad que le brindó de cursar su bachillerato y, sobre todo, de “sembrar en ella”, la certeza de creer en sí misma.