RECIBE UNISA OPINIÓN TÉCNICA ACADÉMICA FAVORABLE POR SUS PLANES DE ESTUDIO
• Este año recibió 12 mil solicitudes de ingreso para su ciclo escolar que inicia en septiembre • De la actual plantilla estudiantil, el 70 por ciento proviene de otros estados de la República
La Universidad de la Salud (UNISA), de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), recibió por porte de la Comisión Interinstitucional de Formación de Recursos Humanos en Salud de la Ciudad de México (CIFRHS), un dictamen de Opinión Técnico Académica (OTA) favorable en lo que se refiere a la impartición de las licenciaturas de Medicina General Comunitaria y Enfermería Familiar y Comunitaria.
El dictamen indica que la UNISA es idónea para la formación de profesionales con un “enfoque en la familia y que incorpore ―como marcan nuestros objetivos― a las ciencias sociales en la construcción de salud de las personas en su vida cotidiana”, explicó el doctor Adolfo Romero Garibay, director general de la Universidad de la Salud, y agregó que el diseño de los planes de estudio “se complementa con la atención de las áreas en lo que llamamos escenarios o espacios adecuados de aprendizaje”.
La evaluación comprende los planes y programas de estudio, así como a las áreas de desarrollo y aprendizaje, en los que se incluyen el campus universitario, las aulas y los laboratorios; en general, espacios adecuados para que los estudiantes aprendan e inicien prácticas profesionales previas a su llegada a los espacios clínicos con pacientes.
Para la integración del programa de estudios de la UNISA participaron trece instituciones de educación superior, entre ellas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), también la Escuela Militar de Medicina y la Escuela Médico Naval, además de otras privadas.
El diseño responde a necesidades de la Ciudad de México, pero el desempeño profesional del médico/médica y de la enfermera/enfermero se basa en una atención que toma en cuenta a la familia y a la comunidad para la construcción de la salud, indicó Romero Garibay, quien agregó: “La innovación de este proyecto es que busca humanizar la atención médica en la clínica, en el hospital y en la colectividad”.
Esto quiere decir que los egresados de ambas licenciaturas están preparados para incorporarse al campo clínico en las instituciones de salud, mediante la prestación de servicio social, con el fin de aprender, a través de la guía de un tutor, sobre la atención de las personas, con el manejo de los conocimientos teóricos y de laboratorio, así como las habilidades adquiridas durante el entrenamiento.
Adicionalmente, para que los estudiantes continúen su formación a nivel de pregrado, internado y servicio social, se posibilitará la apertura de las áreas clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud de la CDMX (SEDESA), los hospitales del ISSSTE o de cualquier instituto nacional de salud.
Por otra parte, al interior de Universidad, se realiza una valoración intermedia a las y los alumnos al concluir el segundo año de la carrera, para conocer qué aprendieron del programa de estudios y, en caso de ser necesario, ofrecer repetir el aprendizaje a través de materias optativas.
Tras la titulación, las autoridades de la institución someterán a la Universidad a una evaluación externa con un órgano acreditador, en este caso el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica AC (COMAEM), para la licenciatura de Medicina General y Comunitaria, mientras que para la de Enfermería Familiar y Comunitaria será el Consejo Mexicano para la Acreditación en Enfermería AC (COMACE), en ambos casos, la acreditación tendrá que renovarse cada cinco años. Estos análisis serán sustantivos para conocer los logros y las oportunidades de mejora.
Este círculo de calidad que tiene la educación superior en México en el campo de la salud ―externó Romero Garibay― nos acredita de manera social, sobre todo, da a nuestra Universidad la garantía de ofrecer un perfil de egreso profesional que satisface las necesidades de salud de las personas.
Tras abrir sus puertas en 2020, la UNISA emite cada año una convocatoria en marzo para recibir a mil estudiantes, 500 en Medicina General y Comunitaria y 500 en Enfermería Familiar y Comunitaria, ello quiere decir que, para su próximo ciclo escolar, se prevé la incorporación de mil nuevos estudiantes.
Actualmente tiene una matrícula de alrededor de tres mil estudiantes y una deserción aproximada de siete por ciento, que está por debajo de la media en educación superior, condición que busca remediar con programas extracurriculares de retención. De la actual plantilla estudiantil, el 70 por ciento proviene de otros estados del país.
En el presente año se recibieron doce mil solicitudes de ingreso, lo que implica llevar a cabo una serie de filtros para llegar a la selección final de mil estudiantes. De acuerdo con el plan de ingreso, los aceptados reciben un curso de nivelación para que, en lo posible, inicien la licenciatura con las mismas oportunidades, pero también con el fin de reducir el abandono escolar.
Por lo pronto, la primera generación de la UNISA egresará en junio de 2024 y para elevar su evaluación, se llevará a cabo un examen de calidad al momento de concluir el cuarto año. Asimismo, en ese mismo año se buscará ampliar la oferta educativa con una especialización en bioética y posiblemente una licenciatura en nutrición.