ESTUDIAN FÁRMACOS QUE BLOQUEARÍAN LA CAPACIDAD DE INFECCIÓN DEL VIRUS SARS-CoV 2
ESTUDIAN FÁRMACOS QUE BLOQUEARÍAN LA CAPACIDAD DE INFECCIÓN DEL VIRUS SARS-CoV 2
•En el INER avanzan los análisis para encontrar fórmulas que frenen al coronavirus, en una investigación auspiciada por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)
Entre las estrategias terapéuticas que se exploran en el mundo para hacer frente al virus SARS-CoV-2, figura el desarrollo de fármacos específicos o su reúso con capacidad de bloquear la capacidad de infección o reducir su capacidad de replicación en tejidos humanos.
Hasta el momento no existen medicamentos para controlar la infección y ha sido necesario tratar a los pacientes con diversas sustancias disponibles que han mostrado una eficacia muy variable.
Ante ello, el doctor Joaquín Zúñiga Ramos, director de Investigación en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), con otros investigadores expertos en virología, biología celular y farmacología del INER, inició una investigación, apoyada por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), para probar fármacos inhibidores de proteasas que bloqueen la capacidad de infección del virus.
Se ha propuesto el uso de moléculas que impidan la interacción entre la proteína S del virus y las humanas receptoras que eviten el procesamiento de la proteína S del virus a través de proteasas humanas.
Las proteínas humanas involucradas en este proceso son las enzimas proteasas, moléculas con la posibilidad de activar a la proteína S para inducir la infección de la célula humana por el coronavirus. Hay muchas que pueden tener este efecto a nivel molecular, las mejor caracterizadas son la Cathepsina L, que se conoce como TMPRSS2 y la furina.
En general, el mecanismo reside en bloquear la capacidad de estas proteasas de cortar (escindir proteolíticamente) la proteína S del virus en una región específica entre las dos subunidades S1 y S2 con lo que se “impediría” la fusión de la membrana del propio virus con la de la célula humana.
La otra enzima que forma parte del estudio es la furina, presente en casi todas las células de los tejidos humanos, como las del sistema respiratorio, y explorar su inhibición podría evitar que el virus infecte a muchos de ellos. La finalidad es estudiar moléculas capaces de competir por las proteasas humanas, como lo hace la proteína del virus, indicó Zúñiga Ramos, doctor en Ciencias.
En el laboratorio, en los experimentos in vitro, se ha observado que si se infectan células humanas con coronavirus, en las células pre tratadas con los inhibidores de las moléculas de TMPRSS2 y de furina se reduce la carga viral, lo que ha sido hasta ahora el hallazgo más relevante en la investigación. Actualmente se está evalúa el efecto del inhibidor de cathepsina L en la replicación del virus. En la segunda etapa del proyecto la caracterización se llevará a otro nivel.
Todos los fármacos experimentales inician in vitro, un modelo en cultivo celulares bajo ambientes controlados en laboratorio. Luego pasan al análisis en un modelo animal, lo que se denomina estudios preclínicos, que permiten establecer el grado de seguridad de las sustancias, donde se observa si causa o no daño y si ofrece beneficios al individuo; de obtener los resultados esperados se avanza a la fase de ensayos clínicos en humanos.
Próximamente la investigación avanzará a la segunda etapa con el estudio en in vivo en modelos animales que sean susceptibles a la infección y saber si la pre dosificación y uso de fármacos reducen la carga viral (por ejemplo, en pulmón) y, por tanto, si disminuye la posibilidad de daño.
En el futuro se evaluará qué tanto servirán estos fármacos para tratar a un paciente que se encuentre en una etapa inicial de la infección que pudiese progresar a una forma grave.
Zúñiga Ramos confió en que, de continuar los avances, en unos meses más se podría demostrar lo que sucede en un modelo animal in vivo y, si funciona, se daría el paso siguiente, plantear el estudio clínico para validarlo en pacientes con formas leves o moderadas de la infección.
Otro de los intereses científicos que se busca resolver es caracterizar si se modifica el perfil inflamatorio si se aplican los fármacos, algo que confirmaría que, a mayor concentración viral, más inflamación y, en consecuencia, mayor daño; por tal razón, reducir la carga abatiría el proceso inflamatorio y las afectaciones.
Las comorbilidades son factores de riesgo para desarrollar formas más graves de Covid-19. Por ello es necesario analizar el efecto de los medicamentos en personas con diabetes, obesidad, enfermedades del corazón u otra condición, como el consumo excesivo del tabaco, que se ha observado contribuye de manera importante a la progresión de la enfermedad.
Un estudio más que realiza el doctor Zúñiga Ramos y su equipo es el trabajo comparativo entre las particularidades inflamatorias en pacientes graves de influenza y en enfermos graves por SARS-CoV-2.
Hasta el momento no se ha tenido una sindemia (dos epidemias a la vez). El SARS-CoV-2 y sus variantes dominan por mucho en prevalencia con relación a los casos de influenza detectados; sin embargo, es posible que en algún momento pueda darse la circulación de los virus de influenza y de coronavirus de forma simultánea.
Lo anterior ha llevado a tratar de encontrar un biomarcador que permita diferenciar entre ambas infecciones, con aparentes síntomas similares, pero con mecanismos patogénicos totalmente distintos.
“Entre las nuevas variantes identificadas que empiezan a predominar en la Ciudad de México figura la Delta con mayor capacidad de transmisión que tiene que ver directamente con la capacidad del virus de infectar a muchas células humanas o de replicarse de una manera más activa”, explicó el doctor Zúñiga.