“EN PROMEDIO, AUMENTO DE CINCO KILOGRAMOS POR PERSONA DURANTE LA PANDEMIA”
• La doctora Marcia Hiriart, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, ofreció una conferencia en el Seminario permanente Salud en tu Vida, cuya sesión de hoy encabezó la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)
Hoy padecemos una epidemia de sobrepeso y obesidad; en la pandemia hemos aumentado, en promedio, cinco kilogramos por persona, expuso la doctora Marcia Hiriart Urdanivia, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, en su participación en el Seminario permanente Salud en tu Vida, organizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI).
Poco después de dar la bienvenida a la investigadora universitaria, la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la SECTEI, acompañada por la subsecretaria Ofelia Angulo Guerrero, recordó que el Programa Salud en tu Vida fue puesto en marcha hace poco por la jefa de gobierno, la doctora Claudia Sheinbaum.
Queremos que los expertos que han dedicado su vida al estudio de los temas vinculados a este esquema resalten la importancia de entender porque, por ejemplo, el sobrepeso y la obesidad pueden ocasionar graves problemas de salud.
Al respecto, recordó que la doctora Hiriart Urdanivia contribuyó junto con otros investigadores de instituciones como el Instituto de Nutrición, el INMEGEN, la UNAM y el Politécnico para hacer realidad este programa.
También, refirió que en la página web de Salud en tu Vida se detallan menús y recetas para que la gente coma en una forma adecuada sin dejar de consumir ningún tipo de alimento.
También, en el marco del programa, precisó, la gente puede acudir a los 117 centros de la Secretaría de Salud de la ciudad para pesarse y ver si tiene sobrepeso y en qué niveles; hacerse la prueba de glucosa, etc.
En su presentación de la ponencia titulada “El sobrepeso y la obesidad nos pueden llevar a otras enfermedades”, la doctora Hiriart Urdanivia externó que al homo sapiens actual se le presenta una excesiva cantidad de comida.
“En lugar de ir a cazar un mamut, vamos a cazar a un supermercado, pues hay tiendas que están abiertas todo el tiempo, y la comida que nos ofrecen no es necesariamente la más sana, más bien, con frecuencia, nos ofrecen comida con excesos de grasas y azúcares”.
Si descuidamos la alimentación, toda la población (no sólo hombres, sino mujeres también) en edad adulta padecerán sobrepeso, y una buena parte, obesidad. “Con lo anterior no se puede volver a la normalidad, pues pasaríamos de ser homo sapiens a ser homo obesus”.
Hoy padecemos una epidemia de sobrepeso y obesidad. “Hablamos de una epidemia porque el cuerpo humano no puede aguantar ese exceso de comida, además de falta de ejercicio. Durante la pandemia hemos aumentado cerca de cinco kilogramos por persona. Habrá sus excepciones, claro está, pero nos encontramos ante un grave problema de salud”.
“Siete de cada diez mexicanos parecen sobrepeso u obesidad. El 71 por ciento, es decir, 48.6 millones de personas, según encuestas en salud, están en esa condición”, especificó.
La tendencia a engordar se deriva, en parte, de factores genéticos y epigenéticos, es decir, aquellos que activan o inactivan genes sin cambiar la secuencia del ADN, a causa de la edad o de factores ambientales.
El problema fundamental con la obesidad, continuó, es que aumenta la susceptibilidad a padecer otras enfermedades, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, y ciertos tipos de cáncer.
La también exdirectora del IFC, explicó que “un litro de refresco tiene 60 gramos de azúcar, aproximadamente. Si partimos de que una cucharadita de azúcar tiene cinco gramos, contiene doce cucharadas cafeteras o más o menos”.
Bebidas como los jugos procesados, añadió, contienen más endulzante que el refresco. “Muchas madres y padres de familia se los dan a sus hijos, pues consideran que son más nutritivos. Pueden contener hasta 42 gramos de azúcar en su versión de 250 o 300 mililitros”.
La Organización Mundial de la Salud fijó un límite máximo de azúcar añadida a la dieta humana: 10 cucharadas para un adulto y 7.5 cucharadas para niños/niñas. Si un adulto consume un refresco de 600 ml al día estará rebasando el máximo tolerable en 20 por ciento, y en el caso de un niño/niña será 60 por ciento más del límite.
El azúcar, detalló la investigadora, aumenta la actividad de las células beta en el páncreas, glándula que tiene dos funciones principales, producir jugo pancreático y la secreción de insulina a través de los islotes pancreáticos o islotes de Langerhans; es una una hormona que se afecta cuando se produce la diabetes.
Al aumentar la concentración de azúcar en la sangre, el páncreas envía a la sangre la hormona insulina y ésta actúa en todos los órganos del cuerpo, y desde el punto de vista metabólico lo hace en hígado, músculos y adipocitos, estimulándolos a que almacenen azúcares, proteínas y grasas, pero también estimula a que se guarden estos componentes en el hígado; y en músculo y grasa promueve el ingreso de glucosa.
La doctora Hiriart Urdanivia refirió que si hay una ingesta grande de alimentos y no se hace ejercicio se favorece el almacenamiento de grandes dimensiones de grasa; el ejercicio es un componente importante de gasto energético, pero no el único.
Los efectos de la obesidad no quedan ahí, pues esta condición llama a las células del sistema inmune que comienzan a producir una cantidad de sustancias que van a estimular aún más la secreción de insulina, lo que tendrá todo el tiempo a las células en forma hiperactiva con el consecuente desarrollo diabético.
Hiriart Urdanivia apuntó que la diabetes desde hace tiempo dejó de presentarse solo en adultos después de los 40 años. En la actualidad se tiene registro que se presenta antes en edades más tempranas, incluso en niños/niñas.
La doctora Hiriart también aludió a que la obesidad también puede generar depresión, apnea del sueño, un desarrollo acelerado en la adolescencia e hipertensión en niños; aumento de colesterol malo, triglicéridos y glucosa en sangre, lo que produce problemas en el hígado, además de impactos importantes en el sistema óseo como en columna y rodillas, entre otros.
Vinculado a este tema, explicó, el síndrome metabólico es el conjunto de signos que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Además, detalló, si una persona tiene tres de los siguientes signos presenta síndrome metábolico: obesidad central, concentración alta de triglicéridos, colesterol, colesterol malo y disminución de colesterol bueno; incremento de presión arterial por arriba de 130/85; aumento en la insulina y resistencia periférica de todos los órganos a ella e intolerancia a la glucosa.
La diabetes tipo 1, aunque también se origina por factores ambientales y genéticos, propicia que se haga presente la producción de anticuerpos o moléculas que atacan y matan a las células beta del páncreas con inhibición de la generación de insulina, algo que hace necesario que las personas se inyecten la hormona para aprovechar los nutrientes que consumen.